El imperio Romano en el siglo XX.

Hace un tiempo tuve uno de los muchos sueños extraños que suelo tener, soñé que el imperio Romano había llegado incólume hasta el siglo XX, que habían sido los romanos en descubrir América (donde no se hablaba castellano ni inglés sino latín, y que se disponían a iniciar la construcción de un tren que comunicara Roma directamente con Beijing, por orden del emperador.

Una idea descabellada, ¿verdad?; pues no, no tanto, según la teoría de los Universos paralelos, pequeñas variaciones en la historia conducirían a grandes variaciones en el presente de dichos universos; por ejemplo, si los chinos no se hubiesen limitado a unificar China, sino que hubieran tenido ambiciones expansionistas de conquistar el mundo, hace dos mil años, ¿en qué mundo viviríamos hoy?; porque seguramente lo habrían conseguido, ellos ya conocían la pólvora, la ballesta y otras tecnologías.

Y dado que Colón les dio la vuelta a todas las cortes europeas buscando apoyo para su proyecto, de seguro no hablaríamos castellano de este lado del mundo, si al navegante genovés le hubiesen escuchado los reyes de alguno de los feudos que había en Italia, o los reyes de Alemania, o de Inglaterra.
Tampoco hablaríamos castellano si los vencedores sobre los moros no hubiesen sido los reyes de Castilla y Aragón, sino los de Cataluña o Galicia. De modo que la historia en este Universo es como la conocemos por una serie de factores circunstanciales que de seguro no se repetirían en otros universos paralelos (de existir), de modo que las historias posibles son infinitas, tantas como probabilidades son capaces de construir la incontable cantidad de seres vivos que se han originado en este Sistema Solar -y digo Sistema Solar, porque una mínima variación en las órbitas de los planetas alrededor del Sol bastaría para que la vida se hubiese originado en Marte o Venus y no en la Tierra.

Dinosaurios civilizados.

Solo han pasado sesenta y cinco millones de años desde que los mamíferos pasaron a dominar la Tierra, y en ese corto lapso de tiempo, ya apareció la inteligencia, en el hombre, un primate lampiño.

Ahora, considerando que los dinosaurios dominaron la Tierra por más de doscientos millones de años, ¿cómo es posible que no apareciera la inteligencia y la civilización entre ellos?
Para mi, apareció, y el dinosaurio inteligente se construyó unacivilización tan avanzada como la nuestra, con edificios, automóviles, aviones y toda clase de máquinas. Pero fue barrido por el gran asteroide que destuyó a todos los dinosaurios, y si quedaron algunos vivos, lo más probable es que se hayan autodestruido por medio de guerras termonucleares, o por efectos de la contaminación ambiental, o por otros medios.

Después de todo sesenta y cinco millones de años es un montón de tiempo, tiempo suficiente como para eliminar cualquier rastro de civilización; o tal vez no.
Tal vez sólo hemos descubierto lo que esperamos descubrir, y las pruebas de civilizaciones antediluvianas están justo debajo de nuestras narices, pero no nos percatamos de ellas porque no podemos observar aquello que nos negamos a observar.

Así que los paleontólogos deberían abrir sus mentes a todas las posibilidades, podríamos sorprendernos con los descubrimientos realizados después de este sano ejercicio.